En 1996, el ya fallecido director británico Anthony Minghella me hizo un regalo de inconmensurable valor. Bueno, a mí y a los millones de espectadores que vivieron la maravillosa experiencia de El paciente inglés.
Desde entonces, para esta cinéfila sin remedio, dicha obra se ha conververtido en referente cinematográfico de recurrente y necesario visionado. Adoro esta película, adoro la interpretación de sus actores, su fotografía, su banda sonora,...su historia. Y una de mis escenas favoritas es la que aquí dejo. Esa en la que el Conde Almásy (Ralph Fiennes) se declara sin palabras a Katharine (Kristin Scott Thomas) en un baile de cuerpo y corazón, amor e instintos, al son de la melodía Where or When, de Benny Goodman. Fíjense ustedes (1' 47") cómo, sin pudores, él la engancha de la mirada.
¿No les hace temblar como una hoja?, ¿no matarían porque alguien les mirara de ese modo, al menos una vez en la vida?
Préndeme de la mirada,
...y verás cómo mi voluntad se desvanece entre la gente.
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