FELIZ NAVIDAD A VARIOS VOLÚMENES
By María García Baranda - diciembre 23, 2013

¿Qué tienen fechas como esta que aguzan los sentidos de las evocaciones más sentimentales? No habría por qué. Bastaría un quince de marzo, un tres de julio, un cuatro de septiembre cualquiera para cerrar los brazos y echar de menos a los que se fueron. Y, sin embargo, entre tanta buena voluntad la nostalgia se queda a vivir con nosotros, que no damos crédito a cómo es posible que quienes fueron sustancia y aderezo al mismo tiempo hayan quedado guardados en una caja de fotos cubierta de polvo y que nunca se abre.
Ayer le dije Feliz Navidad a una extraña. Y al momento me vino a la cabeza un listado de personas a las que no habría de decírselo nunca más. Bien por elección propia, por material y espiritual imposibilidad, o bien por sentido común. Me pregunté si la ñoñería me hacía pensar así. Y al punto me respondí que a muchos de ellos les desearía una y mil veces feliz verano, veintitrés de agosto o inicio de solsticio. A muchos de ellos, digo. A todos no. No de momento, al menos. Quienes se fueron voluntariamente seguirán su camino y aunque les deseo lo mejor, no necesitarán palabra alguna de mi boca. A quienes las circunstancias los alejaron de mi lado, se lo susurro en bajito. Y a los que la vida terrenal arrancó de mis brazos, y sin embargo continúan presentes se lo digo con un grito melodioso, como cada día. Buenas noches, feliz aniversario, buenas vacaciones, cumpleaños feliz…, ¡Feliz Navidad!
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