ASÍ. Y a mí.

By María García Baranda - diciembre 20, 2017




     Hacía tanto, tanto, tanto, pero tantísimo tiempo, que ya no me acordaba si alguna vez fui así. Pero no así durante un rato o por un día. No así frente a lo emocionante, o por una sorpresa. No. Así de a todas horas. Durante todo el día. Todos los días. De pleno al quince. De antes, ahora y luego. De ayer, hoy y mañana. Y pasado mañana. Y al otro. En los momentos calmos y en los otros inquietos. En la risa y en el rigor más absoluto. Así por lo especial o mientras campa a sus anchas la monotonía. Justo así. Incandescente el cuerpo, pero más el alma. Pólvora sin adulterar ni sabor a metal. Sin demasiado frío, ni hambre, ni sed. Sin cansancio ni sensación de hartazgo. Así. Como yo sé y tú intuyes. O un poco más. Que yo digo y tú permaneces atento, sí. Un kilómetro más allá de la intuición, donde se hallan las pistas y mis palabras. Y mis gestos más obvios conviven con los tuyos. Y con tus pistas. También con tus palabras. Allí se sabe cómo es ese así en el que yo me encuentro. Ese así que yo soy y que no recordaba, ni recuerdo. Tal vez porque no era. ¡Seguro que es por eso! Así que así es que soy. Y estoy. Y así me encuentro. 
   Hacía tanto, tanto, tanto, tantísimo, que ya no me acordaba si alguna vez fui así. Y si hubo en algún tiempo remoto, remotísimo, un atisbo de esto, de este así que yo soy, hoy lo he recuperado. Así. Y a mí con ello.

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* Así: pura e inequívocamente feliz





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