Hablar sobre el amor resulta exiguo.
Inefable
lo que debe ofrecerse con las manos,
regalar con los ojos,
y sellar con los labios.
Habrá de consumarse
entre dos cuerpos enlazados a un
tiempo.
Hablar sobre el amor resulta exiguo.
No podría escoger palabras diestras.
No bastarían los versos delicados,
ni los tenues susurros en tu oído,
ni los elogios vanos.
Habrá de consumirse entre caricias
aferradas a un beso de tu boca.
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