LITERATURA AUTÉNTICA. DE ESA QUE AYUDA A PENSAR

By María García Baranda - octubre 02, 2015

Un poco de literatura auténtica. De esa que ayuda a pensar. De la que te lleva a encajar las ideas inconexas de tu mente y a soltar un suspiro de alivio al saber que en otras partes del mundo, en otras épocas, en otras vidas también hay o hubo gente que pensó, sintió y vivió como tú. 

        En ese momento, por fin lo captó. En lo más profundo de sí mismo, Tsukuru Tazaki lo comprendió: los corazones humanos no se unen sólo mediante la armonía. Se unen, más bien, herida con herida. Dolor con dolor. Fragilidad con fragilidad. No existe silencio sin un grito desgarrador, no existe perdón sin que se derrame sangre, no existe aceptación sin pasar por un intenso sentimiento de pérdida. Esos son los cimientos de la verdadera armonía.

Los años de peregrinación del chico sin color, Haruki Murakami.


      Resignarse es una cobardía, es el sentimiento que justifica el abandono de aquello por lo cual vale la pena luchar, es, de alguna manera, una indignidad. La aceptación es el respeto por la voluntad de otros sea este un ser humano o el destino mismo. No nace del miedo como la resignación, sino es más bien un fruto.  (...) 
      No podemos olvidar que en estos viejos tiempos, ya gastados en sus valores, hay quienes en nada creen, pero también hay multitudes de seres humanos que trabajan y siguen en la espera, como centinelas.

La resistencia (Epílogo), Ernesto Sábato.


          Ni el amor, ni los encuentros verdaderos, ni siquiera los profundos desencuentros, son obra de las casualidades, sino que nos están misteriosamente reservados. ¡Cuántas veces en la vida me ha sorprendido cómo, entre las multitudes de personas que existen en el mundo, nos cruzamos con aquellas que, de alguna manera, poseían las tablas de nuestro destino, como si hubiéramos pertenecido a una misma organización secreta, o a los capítulos de un mismo libro! Nunca supe si se los reconoce porque ya se los buscaba, o se los busca porque ya bordeaban los aledaños de nuestro destino.

La resistencia, Ernesto Sábato.


Llega un momento en la vida
en que uno no puede sino seguir su propio camino.
Es el momento de perseguir los sueños,
de defender los principios en los que se cree.

Caer en la más profunda desesperación
nos ofrece la oportunidad de descubrir nuestra verdadera naturaleza.
Del mismo modo que los sueños se cumplen
cuando menos lo esperamos, hallarás inopinadamente
las respuestas a las preguntas que te haces.
Deja que tu intuición construya un sendero de sabiduría,
y que la esperanza borre tus temores.

La mayoría de nosotros no estamos preparados
para superar nuestros fracasos, y por eso no somos capaces
de cumplir nuestro destino.
Es fácil defender algo que no entraña ningún riesgo.

Quizás amar consista a veces en renunciar al otro,
en saber decir adiós, en no dejar que nuestros sentimientos
interfieran en lo que probablemente será el fin,
en ayudar a quienes amamos.

Tal vez resulte muy difícil lograr que lo sueños se hagan realidad.
Tal vez si tratamos de ahorrar esfuerzos, olvidemos la razón
por la que comenzamos a soñar y al final descubramos
que el sueño ya no nos pertenece.

Tal vez si nos limitamos a seguir los dictados de nuestro corazón,
alcancemos al cabo de un tiempo nuestra meta.
Recuerda mi consejo:

Cuando estés a punto de rendirte,
cuando pienses que la vida ha sido injusta contigo,
recuerda quién eres.
Recuerda tu sueño.

Existen cosas que no puedes ver con los ojos.
Debes verlas con el corazón,
y eso es muy difícil.
Por ejemplo,
si descubres que en tu interior anida un espíritu joven,
avanzaréis los dos juntos, con tus recuerdos y sus sueños,
tratando de hallar un camino a través de esta aventura llamada vida,
procurando sacar siempre el máximo provecho de ella.
Así tu corazón jamás se sentirá cansado, ni viejo…

Las decisiones constituyen una forma de definirnos.
Son una forma de dar vida y significado a las palabras, a los sueños.
Son la forma de permitir que seamos lo que queremos ser.

Algunas cosas siempre serán más fuertes que el tiempo y la distancia,
más profundas que las lenguas y las costumbres,
como el hecho de perseguir los sueños
y aprender a ser uno mismo.
Compartid con otros la magia que habéis descubierto.


NO LO OLVIDES:
Llega un momento en la vida,
en que uno no puede sino
seguir su propio camino…




El delfín, Sergio Bambaren. 



No me interesa lo que haces para ganarte la vida.
Quiero saber cuál es tu dolor, y si te atreves a soñar que te permites encontrar lo que tu corazón añora.
 

No me interesa cuantos años tienes.
Quiero saber si te arriesgarías a parecer un tonto por amor, por tus sueños o por la aventura de estar vivo.


No me interesa qué planetas hacen la cuadratura de tu luna.
Quiero saber si has tocado el centro de tu propio dolor, si las traiciones de la vida te han abierto o si te has encogido y cerrado por el temor a sentir más dolor!
Quiero saber si puedes sentarte con el dolor, mío o tuyo, sin moverte para esconderlo o para resolverlo.

Quiero saber si puedes estar con el gozo, tuyo o mío; si puedes danzar salvajemente y dejar que el éxtasis te llene hasta las yemas de los dedos de las manos y de los pies, sin advertirnos que debemos tener cuidado y ser realistas, ni recordarnos las limitaciones de ser humanos.


No me interesa si es verdadera la historia que me cuentas.
Quiero saber si puedes desilusionar a otra persona para ser auténtico contigo mismo; si puedes soportar la acusación de ser un traidor y no traicionar tu alma.
Quiero saber si puedes ser fiel y por lo tanto confiable.

Quiero saber si puedes sentir la belleza aun cuando no todos los días son bellos, y si puedes encontrar la fuente de tu vida en su presencia.

Quiero saber si puedes vivir con el fracaso, tuyo o mío, y a pesar de ello pararte a la orilla de un lago y gritar “¡!” al plateado de la luna llena.


No me interesa saber dónde vives ni cuánto dinero tienes.
Quiero saber si puedes ponerte de pie, después de una noche de dolor y desesperanza, agotado y golpeado hasta los huesos, y hacer lo que hay que hacer por los niños.


No me interesa quién eres, ni cómo llegaste aquí.
Quiero saber si permanecerías conmigo en el centro del fuego sin echarte para atrás.


No me interesa dónde has estudiado, ni qué has estudiado, ni con quién lo has hecho.
Quiero saber qué es lo que te sostiene desde adentro cuando todo lo demás falla.

Quiero saber si puedes estar sólo contigo mismo y si te agrada verdaderamente la compañía que buscas en los momentos vacíos.


La invitación, Oriah Soñador de la montaña.





…porque las letras le pertenecen

no solo a quien las escribe,

sino a quien provoca el sentimiento que las inspira.








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