Cuando en clase me preguntan sobre por qué los autores literarios pasan a los libros de texto y se convierten en figuras relevantes, suelo contestar que se debe siempre a que al aterrizar en ese mundo de los libros cambiaron algo, revolucionaron en algún aspecto las formas ya existentes, esto es, pegaron el escopetazo. Casi siempre la siguiente pregunta suele ser la de quiénes de los que están hoy en las librerías serán importantes mañana y serán estudiados en un futuro. Y mi respuesta, también ahí, siempre es la misma: eso no se sabrá hasta que pase el tiempo suficiente para que posen, como las buenas recetas gastronómicas. Poso y serenidad para observar detalles, para apreciar el arte.
¿Por qué será que prácticamente todo lo valioso, lo excepcional, lo distinto, ha de atravesar la frontera del tiempo para ser apreciado?, ¿será porque es pasado y nos aterra que los días pasen? Podría haber algo de eso. Aun así, yo no sé si las personas somos de reacción tardía o lentos de reflejos, pero leí por ahí que no es hasta pasado un tiempo considerable, que, al mirar atrás, somos conscientes de nuestros grandes momentos de vida. Preguntémonos: ¿cuántos de los instantes más importantes fueron vividos por nosotros con la consciencia de estar asistiendo a algo realmente grande? Salvo excepciones muy honrosas y vivencias muy, muy determinantes, lo cierto es que solemos tardar en darnos cuenta del valor de las cosas, de lo especial de ciertas experiencias, y de lo único y escasísimo de otras. Tal vez seamos bobos. O desagradecidos, caprichos incluso. Quizás es necesario verdaderamente que el tiempo ayude a macerar los acontecimientos para así, despojados de la euforia y del calor del momento, podamos degustar el verdadero sabor de cuanto realizamos. Tal vez se trate de eso y haya que asumirlo. Y quizás sea cierto también que la nostalgia revaloriza al alza y magnifica lo que ya pasó. Eso de cualquier tiempo pasado… tan manido. Y no puedo olvidarme de ninguna manera de malas experiencias, que no es hasta después que uno se fija en negativo, nunca a tiempo. Jamás conseguiré hallar la explicación, me quedo sin saberlo. Eso, y averiguar si con las personas pasa de igual manera, que estas son apreciadas cuando se encuentran lejos, cuando son el pasado o cuando ya han muerto. Cosas del ser humano.
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