Literalmente. Literariamente.
Me lees mis poemas, mis artículos, mis cuentos.
Me lees al teléfono. Textos interminables.
Textos monosilábicos.
Textos con cara. Caras con texto.
Textos con voz. Y hasta con voto.
Me lees el cerebro, la mente oculta.
Lo que voy a decir y lo que dije.
Lo que nunca diré. Y lo que pienso.
(A veces).
Me lees los lunares en braille.
Me los lees.
Me lees la intención.
Y me lees el alma. Los sentidos.
Los daños. El dulzor. El enfado.
La carencia. El instinto.
El sentimiento.
Del porqué no te enteras,
pero también lo lees.
Sigue leyendo.
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