HE DE RECONOCERLO

By María García Baranda - mayo 22, 2019




   He de reconocerlo. Cuantos más años cumplo mayor es la distancia que me aparta de los seres humanos. Con el hombre corriente y la mujer moliente. El que cruza la calle propinando un codazo con su gesto, o el que apura su vaso en aquella terraza de bar, mientras lanza en voz alta cuatro cánticos apenas comprendidos pero muy ofensivos. Cada día un poquito más lejos. Poco menos lo entiendo y algo más -mucho más lo rechazo. Cada día un poquito…

   Y, paralelamente, cuantos más años cumplo, también mayor afecto es el que siento por las cosas mundanas, pausadas y privadas, por lo que aparentemente nos resulta inerte o por la naturaleza más salvaje y más pura. Y por el silencio…, ese silencio ausente de disonancias, palabras malsonantes, necedades. Carente de cerebros vacíos y de vidas de plástico, de mentes secuestradas por un ruido estridente que tan solo adormece a quien busca drogarse sentado en la punta de una lanza candente. 

    He de reconocerlo… que me cansa un buen número de vidas poco armónicas y prefiero mil veces masticar los minutos de mi tiempo perdida entre las letras, apurando una copa mientras miro a la nada, bañándome en el mar y secándome al sol con los ojos cerrados, debatiendo del mundo con mi Amor y mi gente, cocinando hasta tarde, planeando ese viaje o pensando en la próxima andadura en la que embarcarnos sin rumbo y sin plazos. He de reconocerlo. Y exigir una vez cada día, como mínimo, el que no me molesten. 


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