AUDIODIVAGACIONES (Audio: El mundo, Pablo Álvarez - Instrumental )
Sueños
plácidos. Sueños agitados. Sueños eternos. Sueños ligeros. Sueños reparadores.
Sueños de una noche de verano. Sueños
recurrentes. Sueños temidos. Sueños profundos. Sueños evocadores. Sueños
ilegibles. Sueños premonitorios. Sueños reveladores. Sueños mil…Sueños.
De
todos ellos me quedo con los últimos, con esos de los que despegando la punta
de una hebra, obtienes un hilo fino, pero firme, que te lleva hasta la
respuesta anhelada. Sueños reveladores, sí. De esos que te ponen en paz con tu
subconsciente, que terminan el puzle. De los que eliminan las tonterías de un plumazo y las
debilidades, para de un golpe seco decirte: ¿qué demonios haces?
El
ser humano es tan absurdo que ha de necesitar curarse al menos un par de
brechas en la frente, causadas por los golpes secos contra un muro, para darse por
enterado de lo que ya sabe. Lecciones aprendidas de las que se queda en blanco.
Páginas pegadas de algún libro atragantado. Chuletas incompletas carentes de
materia esencial. Aprendizajes vanos que se diluyen en el golpe mencionado. Pero que están ahí.
Hay
en cada uno de nosotros una verdad oculta, una verdad negada, una ignorancia
supina, que no es tan ignorada. Se aloja en nuestra mente el destello final, el
que saca al aire las cosas como son, aquello que resuelve las pesquisas y nos
dibuja la sonrisa final. Y llegará en los sueños. A mí me llega en ellos, así que...¡a dormir!
Soñando
suelo ser,
soñando
veo claro,
soñando
coso ideas y construyo mi fe.
Soñando
no me engaño y lo siento en la piel.
Me
despierto tan lúcida que pronuncio un “lo sé”.
Los
sueños me traerán respuestas que conozco.
Los
escucho con calma, porque en el fondo sé.
Hace
tiempo que observo desde lo alto,
muy
alto.
Y
que callo.
Y
que espero
a que
los otros hablen.
Cada
cual se conoce.
Cada
cual se es sincero.
O
se miente hasta el tuétano.
Quién
lo sabe, tal vez,
no
se escuchen en sueños.
Pero
yo,… yo me escucho.
Y
me digo. Y elijo.
Y
giro la cabeza si es preciso. Y remiro.
Y
por arte de magia tomo mi decisión.
Y
la mantengo a fuego.
¿Se
preguntan por qué?
Será
porque la sueño.