Pasa
la medianoche y sin embargo amanece. Resplandecen mis ganas, mis sueños y
delirios. Se me escapa por las rendijas de mis ojos un fulgor centelleante,
savia nueva que toco suavemente con los dedos acompasados en un tempo lento,
lentísimo. Pausada degustación de cada instante y cada detalle que prepara mi
cuerpo para entregarme en alma.
No
se viven a medias las experiencias, se beben hasta la última gota en el
desierto donde el sol nos abrasa la piel. Se respiran profundamente para
exhalarlas entre cálidas palabras y enraizadas miradas. Se acarician los
entonados versos de las bocas pronunciados entre ruidos mudos; y se besan los
labios con la mente. Se cocinan despacio…e intensamente.
Pasa
la medianoche, sí, pero amanece. Con los ojos abiertos de par en par y los
sentidos despiertos por las fuertes pasiones brotadas en un árbol de ojos
verdes.
Música: Just like heaven, The Cure (solo guitar)
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