YOYOÍSMO

By María García Baranda - junio 18, 2019




He visto a madres hincar los dientes en el vientre de sus propios hijos y extraerles sus vísceras de un solo y rápido mordisco, para afirmar después, con su aún ensangrentada boca, que por ellos se dejarían sacar los ojos sin dudarlo.

He visto a amantes, que tras mil y una noches amamantados por el pecho de su ser amado, escupían el néctar que hambrientos degustaron con gula y avaricia, para clavar de nuevo su aguijón sucio y pestilente, y tratar de extraer unas últimas gotas de alimento.

He visto a altivos hombres disfrazados de elegancia artificial y enmarcada en blanco y negro, asomarse al espejo y proyectar en él su espantosa carátula, su famélico rictus de soberbia y afilar los colmillos. Aquellos que desgarran al más débil y arrancan a jirones sus constantes vitales, su dignidad, su vida.

He percibido en ellos, en todos ellos, un mismo hedor. Yoyoísmo cargado de inconsistentes razones, inexistentes causas diseñadas ad hoc para aplacar su propia miseria interna. Yoyoísmo engordado a base de atracones de ego desinflado; de envidia de la nada y de todo; de mezquindad de alma…; a saber cada vida. Yoyoísmo, pero siempre con el denominador común de la ignorancia. Yoyoísmo viscoso, pegajoso, contagioso… ,miserable al fin.

  • Compartir:

Tal vez te guste...

0 comentarios