Education, Eric Oh |
Me estoy cansando y mucho de mandar callar. De fijar deberes. Y de oír(me) decir: “estate quieto”, “siéntate bien” o “así no se está en clase”. Me estoy cansando y mucho de poner exámenes. Y de corregirlos. Y de calcular las notas medias de un cerebro para etiquetarlo. De seguir temarios mientras digo “no, hoy no tenemos tiempo para hablar de eso”. Me estoy cansando mucho de oír ciertas críticas. Y de darme cuenta de que fomentamos que no sepan nada de aquello que importa. De que no sonrían las tres cuartas partes del tiempo, de las voces altas, el enfado, el grito. Me estoy cansando mucho de verles llorar. De pedir que empleen unas herramientas que antes no les dejamos aprender a usar. De querer que sean perfecto instrumento para este engranaje en el que compitan o se queden fuera. Y maten sus sueños. Pero que produzcan. Me estoy cansando y mucho de que ya no aprendan lo que es esencial. Que se sientan menos. Que se sientan nada. Y que sepan mucho de frivolidades muy poco apropiadas para cierta edad, para una mente limpia, para inteligentes. Me estoy cansando y mucho de agrupar iguales que son tan distintos y hacerlos invisibles.
Mi revolución en marcha. Y de lo anterior,… poco o nada ya.
2 comentarios
Nada qué añadir, María. O quizá sí: sigue mereciendo la pena. Un abrazo.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo, Seve. Sigue mereciendo la pena y mucho. Pero de este otro modo, desde este otro prisma. Así, sí. 😘😘😘
Eliminar