EL AMOR DESPUÉS DEL AMOR

By María García Baranda - diciembre 12, 2017


     

      El amor después del amor es cálido. Y potente. Y luminoso. Es tórrido y tierno a partes iguales. Es la estampa de nosotros dos sentados frente a una copa una noche de viernes, con mis piernas entre las tuyas y tus manos acariciándome los muslos. Es besarnos olvidándonos completa y voluntariamente de la gente que nos rodea y nos mira con envidia. (Porque así nos miran, tenlo en cuenta). Es una carcajada permanente. Una partida jugada sin nada que perder y mucho que ganar, sin saber que se juega, como lo hacen quienes ya han pasado por mucho y de pronto se encuentran con el cielo abierto y por sorpresa. Karma. Es una sensación de inicio que no se agota, una vuelta a los orígenes de nosotros mismos y un renacer a la vida con ganas. El amor después del amor somos nosotros dos envueltos en la complicidad de lo vivido y lo vivible. Es la expresión en un idioma que ambos conocemos y al fin hablamos. Juntos. Es encajar los cuerpos con violencia, las bocas con ternura, los abrazos sin tiempo y con sonido, las mentes con viveza y nuestro espíritu. Y es lo que no se cuenta. Y confiar en ambos, porque ya somos sabios y porque interpretamos nuestros ojos. Es un susurro dulce y nuestro apoyo mutuo. Tal como somos. El amor después del amor es más que todo esto. Es hoy, fue conocernos y es proseguir mañana. Es empezar de cero y que salga bonito. Es lanzarse a por todas y no perder el tiempo, que este es mejor cuando lo compartimos. Es saber qué queremos y desearlo ambos. Es deshacerme en ti. Es deshacerte en mí. Y despertar más fuertes. Es el brillo en mis ojos y el calor en tus manos. El amor después del amor se escribe con mayúsculas, AMOR. 



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