Pasarán las tormentas, amor, te lo prometo.
Y cesarán los truenos, dejará de llover.
Dejará de hacer frío y parará el estruendo.
Saldrás del laberinto y dirás: ya no más.
Y en ese mismo instante, amor, yo te lo juro,
notarás que tu vida se libera y se arranca,
de un golpe seco y brusco,
el peso que la tuvo sumergida en el fondo.
Respirarás al fin, tomarás aire puro
que otra vida te aguarda, que no hay por qué sufrir.
Que eso no es todo, amor,
que ese día ya llega, que te espera, está ahí.
Que cesarán los llantos, los pensamientos mudos,
que hay algo más que eso,
que tú te lo mereces,
que hay algo grande en ti.
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