PEQUEÑOS ESBOZOS: Ocho elementos

By María García Baranda - febrero 05, 2018



      ...¿Qué me dirías?
      Si tuvieras que escribirle unas letras únicas a cada una de las personas que han sido o son realmente importantes en tu vida, ¿qué les dirías? Hace un rato, trasteando por la red he dado con uno de esos retos que llenan las redes sociales y pretendía algo similar a eso. Inmediata y casi inconscientemente me he puesto a pensar en cuántas personas seleccionaría el resto para dirigirles una misiva tan directa y sincera, así como en qué contenido elegirían transmitir. Me preguntaba a mí misma qué les diría, si supiese que tengo una sola oportunidad para hacer llegar un mensaje claro y definitivo que se enganche como un imperdible a la piel. Y rápidamente supe algo. En primer lugar que en mi caso serían pocas, muy pocas personas mis receptores. Un número que sé que contaría con los dedos sin repetir ninguno. Y en segundo lugar, que mi mensaje, para el que obviamente elegiría la palabra escrita, sería absolutamente sincero y directo. El todo por el todo. Pensé en su contenido y decidí que este habría siempre de estar formado por ocho aspectos breves y concisos. Ocho frases. Ocho elementos. 1. Un sentimiento, ese que nos provoca el destinatario. 2. Un reproche, aquello que nos hubiera gustado que hiciese de otro modo; 3. Un deseo, un buen deseo para el futuro. 4. Un agradecimiento, por eso que nos aportó en nuestras vidas. 5. Una pregunta, esa duda de la que habrá de ofrecernos respuesta sincera. 6. Una confesión propia, ofrecida con igual sinceridad. 7. Una disculpa honesta y sentida, por lo que hicimos mal y que sabemos que así fue. Y... 8. Un perdón, si es pertinente y lo sentimos de veras. Ese sería mi mensaje. Y de hecho, sé positivamente qué le haría llegar a cada una de esas personas. Sucinta y desprendidamente escrito, con mis palabras cuidadosamente moldeadas y algún que otro retazo arrancado de mí entre cada una de sus letras. Quizás porque, pensándolo bien y en el supuesto de darse tal reto, es algo que a mí me gustaría recibir de mi gente. Justamente eso. Ocho elementos concisos, abiertos, francos, valientes y viscerales. 








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