TIENES QUE HABER... (Entonces y solo entonces)

By María García Baranda - febrero 17, 2018




¿Sabes?... 

Tienen que haberte dolido los labios hasta escocerte de tanto anhelar un beso para que precisamente un beso haga que hoy se te pare el mundo.
Tienes que haberte sentido muy sola para que correr a refugiarte en un abrazo te haga sentir como un niño pequeño a resguardo.
Tienes que haber llorado hasta vencerte el sueño para que un te quiero te haga llorar de nuevo, pero de emoción.
Tienes que haberte sentido engañada y borrable, pequeña, para que el hecho de saberte querida te resulte ahora pura magia.
Tienes que haber perdido el sueño durante días, semanas, meses,… para que cada mañana al despertar tu primer pensamiento sea recordarte que no estás triste.
Tienes que haberte sentido en un segundo plano para que ser hoy la primera resulte un regalo que precisa ser tocado a cada rato.
Tienes que haberte roto en mil pedazos varias veces para que lo más sencillo te parezca la mejor de las esencias.
Tienes que haberte querido muy poco y haberte sentido muy débil para que un piropo de quien quieres sea hoy lo más bonito que pueden escuchar tus oídos.
Tienes que haber convivido con muchos fantasmas del pasado de la persona a quien querías para ser capaz hoy de reconciliarte con los pasados nuevos.
Tienes que haber sufrido como nunca imaginaste para saber hoy no conformarte nunca más con menos de lo que te pone una sonrisa en la boca sin pagar peaje por ello. 
Tienes que haber perdido todo cuanto tenías y cuanto eras, y varias veces, para saber apreciar hoy cada minuto de plenitud. 
Tienes que haberle visto la cara al desengaño muchas veces para que confiar se convierta en un lugar de paz en el que quedarte a vivir.
Tienes que haber pasado muchas, muchas horas sola y en densa conversación contigo misma para saber hoy que pase lo que pase podrás volver a ponerte en pie si un día te caes de nuevo.
Tienes que haber sentido el frío de decirte que no tienes nada que perder para saber que siempre te tendrás a ti misma ocurra lo que ocurra.
Tienes que haber masticado el fruto más amargo para agarrar hoy con ambas manos aquello que más importa y parece inperceptible para muchos.
Tienes que haber sentido y vivido cada momento intensamente para que ahora no tengas ni un segundo de duda del aspecto que tiene tu felicidad.
Tienes que haberte adentrado mucho, mucho en el interior de las personas para saber hoy qué color tiene el tuétano de alguien con solo compartir una mirada mutua. 

Tienes que haber apartado muchos escombros…
Tienes que haberte sentido muy sola…
Tienes que haber llorado a mares…
Tienes que haberte mordido las manos...
Tienes que haberte sentido enloquecer de impotencia...
Tienes que ser hoy tremendamente agradecida.
Tienes que saber cómo llenarte con lo más pequeño.
Tienes que haberte convertido en Amor en estado puro.
Tienes que ser únicamente tu versión más auténtica.
Seguramente. Arduamente. 
Entonces y solo entonces.




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