Tic-tac,
tic-tac, tic-tac… el reloj marca los tiempos y en su rítmica cadencia me
descuelgo bailando suavemente por sus largas manecillas. Contando, descontando,
recontando… No hay un segundo de experiencia que le borre al calendario.
No
me lamento de mis pasos ni me despego de mis sueños. No me arrepiento ni de uno
de los besos que en el camino he regalado, pues quienes los recibieron han de
saber que estos brotaban de los nudos de mis vísceras calientes. Nunca acogerán
aquellos besos más apasionados, caricias más tibias, ni amor más auténtico.
Fuertemente
aferrada a mis afectos, conservo en una caja los momentos compartidos, ¡que son
míos! Y a mis amores les entrego un pedazo de la luna que hoy alumbra solo para
mis ojos y cuyos rayos dibujan el contorno de un cuerpo voluptuoso que siento
más joven que nunca.
Recuerde
todo aquel que guarda un lugar en mi vida que ese contrato es vitalicio y que
de un modo u otro yo me he buscado un espacio irremplazable en la suya.
(Seguiré
pasando las hojas del calendario y a partir del trigésimo octavo haré de la
necesidad una delicia)
...Hoy
cumplo años...
AUDIO RELATO - Música: Night and day, Cole Porter
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