NOCTURNO XI

By María García Baranda - octubre 18, 2013



Ya sin más imagen frente a mí que la de una luna que mañana será llena, sin más sonido que el del viento que se colaba a través de una mínima rendija al ritmo de una letra que a cada verso hacía mía. Rodaba sin prisa, pero sin pausa, deshaciendo los pasos que me traían de vuelta a casa. Y al tiempo me perdía en mis pensamientos, casi únicos, concentrados y constantes, y aferrados a un objetivo que con seguridad habrá de ser mío.

Mañana habrá eclipse, pero ni siquiera él podrá ensombrecer la luz que aquella irradiará directamente dirigida hacia mis ojos. Como dice la canción, con sus hilos invisibles, trenzados de inimaginables misterios, será capaz de revelar los secretos más ocultos e iluminar rincones en los que nos escondemos de nuestros siniestros demonios. En perfecta sintonía unirá su magnética fuerza con un mar pintado de color parduzco. Entonces, y solo entonces, acunaré mis besos en las olas hasta que la marea los devuelva a la orilla a la que siempre han pertenecido.


(Antes de cerrar mis ojos miraré hacia el cielo acristalado que cubre mis noches y vigilaré su resplandor para enviar mensajes desde lo más profundo de mis sueños).

AUDIO RELATO - Música: La bohême (piano), Charles Aznavour

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