MUJER DE LAS MIL BATALLAS (La valentía en las notas de una canción)

By María García Baranda - octubre 20, 2016

   Ayer, 19 de octubre: Día Internacional Contra el Cáncer de Mama. Callada está dicha la lucha. Entre las manifestaciones públicas y artísticas de apoyo descubro una canción que me conmueve y que me eleva a un mismo tiempo: Mujer de las mil batallas, del onubense Manuel Carrasco. 

    Después de la lucha por los hijos, por su bienestar y por preservar su vida, no encuentro que haya una contienda mayor para nadie que la enfrentada por la propia vida. Seamos mujer u hombre. Se trate de esta u otras amenazas para nuestra salud. Encarnizadas batallas que sacan a la luz los más sorprendentes signos de valentía y yo admiro desde lo más profundo de mi ser. Eso es vivir. Eso es hacerse grande. Eso es el sentido de la existencia. Desgarrarse y seguir por ti, por los tuyos y por todo lo bueno que hay alrededor y que la vida te pone por delante.

    Escuché la canción pues. Me la envió una amiga para que me aplicara el cuento. Afortunadamente hoy día no libro esa batalla, por más que soy consciente de que las citadas amenazas sobrevuelan sobre todos. Pero esa amiga me lanzó un mensaje con ella, por todas y cada una de las batallas que todos libramos a diario y a las que asisten los que nos quieren, viéndonos caer y levantarnos. No son tan grandes, tan esenciales, ni tan importantes, aunque hace tiempo ya aprendí, al tener el tacto de la muerte entre mis manos, que cada uno de los golpes de la vida tiene su importancia, hay que padecerlo, enfrentarlo y no ha de subestimarse.

  Por todo ello me llegó esta canción. Ella, la emisora, siempre me ha dicho que dentro de mi fragilidad hay una valiente. Tal vez sea así. Mi madre también lo afirma, por lo que puede que acierten. Por lo tanto escucho este tema, cierro los ojos y con todo respeto a su asunto originario, me dirijo su letra. Ya dijo Montaigne que "cada palabra es a medias de quien la escribe y a medias de quien la escucha", y todos sabemos ese ejercicio de aplicarnos las canciones. Y eso hago. Haced lo propio...

(Por ELLAS. Por ellos. Por cada vez que nos falta el aire para seguir.)





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