Últimamente pienso yo que a lo mejor…
A lo mejor no. A lo mejor nunca. A lo mejor no necesito. A lo mejor no es eso.
A lo mejor vivo de un modo bien distinto.
A lo mejor resulta todo diferente y mi lugar es otro.
Y aquello que pensé que alcanzaría ni asoma por el horizonte.
Y no me importa tanto, a lo mejor.
A lo mejor no necesito eso sin lo que siempre creí que me ahogaría.
A lo mejor resulta que soy muy, muy feliz también de otra manera.
A lo mejor rehago mis conceptos. Del amor, la familia, los amigos.
La profesión, los bienes, la materia y el cuerpo.
El espíritu y los sentimientos.
Y disfruto con ello de una vida más rica.
A lo mejor tengo una meta aún más grande,
de la que desconozco hasta su aroma.
Y se va descubriendo poco a poco, con encanto
y me encandila hasta que me enamore
de mí misma, de mi propia alma,
de lo que hago, digo, pienso y siento.
A lo mejor me engancho hasta tal punto
de ese modo de vida,
que me envuelve.
Que al menor gesto de robarme un centímetro,
le muerdo hasta la médula al contrario.
A lo mejor lo hago, sí.
A lo mejor me confundí de obra.
Y esta me llena más.
Y lleno la platea y el patio de butacas.
Y alumbro el escenario. Lo ilumino de mí.
A lo mejor me espera esa manera
de nunca traicionarme.
Nunca jamás.
Por nada.
Eso lo juro.
Nunca jamás.
Por nada.
Eso lo juro.
0 comentarios