Aclaro, declaro y firmo:
No fueron los defectos, ni por las discrepancias. Fueron los huecos.
Ni tampoco las taras. Fue el vacío y la ausencia.
No fueron las palabras. Que fueron los silencios.
Fue la falta de tacto y todo lo callado.
No fue la imperfección, sino el análisis.
No fue de incomprensión, sino de lucha a solas.
Ni fruto de cansancio, hartazgo o ira.
No fue de desamor. Ni mucho menos.
Fue por quererme.
Fue por no haberme visto.
Y por volver a verme.
Fue por ser la mujer
que soy. Tal vez irrepetible.
Fue.
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