PEQUEÑOS ESBOZOS: Casi nadie sabe lo que es el primer amor

By María García Baranda - agosto 07, 2017







   El primer amor no siempre llega a la primera. Ni a la segunda. Ni cuando somos jóvenes. Tampoco es necesariamente el que se consolida, ni aquel que acaba en boda ni con hijos. No tiene por qué ser ese amor imposible, arrebatado, intenso, que nunca llegó a más. Ese tampoco. Y casi nadie sabe qué es el primer amor. Ni siquiera el romántico imposible que siempre se recuerda y se escucha en las canciones. Tampoco hay que asociarlo con el amor maduro, pausado, relajado. De mecedora y fuego. Con el compañerismo ni con los fines de semana entre las sábanas. El primer amor es tan solo ese que se tilda interiormente como amor en grande, de calidad y cantidad. Ese en que se te hace imposible no querer al otro por más cosas que ocurran y tenerlo en tu vida. El que te enseña que se puede querer sin egoísmos y también sin reproches. No es difícil ni es fácil. Tan solo es y punto. No tiene escrito que haya de salir bien, ni siquiera salir. Puede que lo estropees. Pero tampoco mal. ¿Eso dónde lo pone? Ni estar destinado a las novelas y al nunca te olvidaré. No se encuentra en la calle, ni lo sabes al verlo, ni es ir de la mano cantando una canción. Es esa presencia continua, siempre a tu lado, aun cuando no se encuentre. Es saberlo sin más. Es querer con ternura y sentirse culpable, y buscarle las vueltas, y proteger al otro. Y sonreír sin prisa cuando escuchas su voz. Incondicionalmente. Pero no es invencible. Es primero y es único, porque es la única vez que querrás con mayúsculas y sin prediseñar. Pero habrá que regarlo. Porque es primer amor. Diferente. Curioso. Durará o morirá. Eso quién sabe. Pero solo habrá uno. Eso es seguro. Porque solo una vez tus sentidos se encontrarán listos para dejar que te entre hasta las venas el amor de ese otro. Y ya no saldrá más. Aunque te vayas. 

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