Entre lo que me falta y lo que me sobra hay una notable diferencia, así que mucho ojo.
A razón,
De que no es lo mismo envolverse de carencias.
De rasgos no tenidos.
De que te falta gracia, ¡mi lindura!
O algún rasgo bonito aquí o allá.
O una pizca de aquello indescriptible, c’est que je ne sais quoi.
De que eso no es lo mismo, no, en absoluto, a que me sobre…
… alguna comedura de cabeza, esa desconfianza en tal o cual asunto. Algún que otro centímetro, en esa zona.
Algún kilo tal vez. De más, sí, claro. Que es por eso que sobra.
Un enfado a destiempo. Un diente mal sentado.
Una palabra fuerte. Insomnio o mal humor.
Dos o tres cualidades, ¡que para qué tanto!
Y hasta romanticismo inalcanzable y ganas de querer.
Y de querer querer, de esas también.
Que no es lo mismo, ¡ni hablar! Que a mí me falte algo a que me sobren rasgos, ¡déjate! Que esos ya iré soltándolos a medida que avanzo.
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