Y declaro.
Que ya puede la vida perseguir mi persona, porque lo que es yo no tengo intención de hacer lo propio. Aquello que tenga que ocurrir ocurrirá. Lo que haya de asumir lo asumiré. Lo que deba desempeñar lo desempeñaré. La responsabilidad que tenga que cargar la cargaré. Los placeres a recibir de buen grado los recibiré. Y si he de abrirle las manos a algún don, dádiva, merecimiento o privilegio encantada habré de recogerlos, como del mismo modo recojo las contrariedades y le hago sitio a los golpes. Pero no más empeños esforzados, porque no tengo ya más fuerzas empeñadas. Que lo que haya de ser será igualmente. Aunque no quiera yo. Y aunque lo quiera. Que declaro hoy aquí un quid pro quo. Y que habremos de ver si habrá justicia.
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